borde

Las pantallas
en la cama vecina rodeo
para la noche. Le explican: alguien
muere -la tabla clara la edad
la manzana que ha robado la protección
de las flores y de las figuras
de rubíes.

Cubrirse con letras, frazadas
al revés y paraíso, la luz color
de la montaña y la bebida
del tiempo, adentro; del amanecer,
por la mañana, del día, la noche
de la que está cerrando, de la tarde y de la hora
: ningún pulso
de la detonación
anunció nada.

:el sabor del té era
el mismo -de alimentos saludables,
mandarinas
y naranjas
y en la calle el ruido
el grito de las voces
el ruido
de los ascensores los autos los caballos
de lo sucedido.

Tintinea el timbre.
tin tin, tin tin no escuchará.

El enfermo, una suerte de reliquia
la edad de cristal, la suerte
cosida en siliconas y agujas
y enemas
Una cajita de música
tin tin, tin tin no escuchará
la comedia
se recuesta al borde de los ángeles

la nuca de la garganta
y duele. Piensa: el cuerpo.

no vale la pena
sopla siempre para arriba la
molestia los juegos los escritos de viajes los
delirios del futuro o en la presencia al interior de los domingos las visitas
las puestas cerca de sí los hospitales de las predicciones las camas las pantallas que no observan
nada nadie: no hay
camas
para quien muere.

Palomitas de las palmas
tin tin, tin tin anuncian la época del No.

de los doctores falsos, las pantallas
de todos los pensionistas. No.

La piel gruñe,
ah ah
ah ah

las manos, los tobillos, el rayo
de la lengua del No.

lo cosieron,
sudó, fue doblado
sufrió,
gritó hacia allá.

le arrebataron la lengua.